DEL DIBUJANTE PERUANO JUAN ACEVEDO EN LA CAÍDA DE FUJIMORI

20 de noviembre de 2000

Mi querido Carlitos:

Renunció Fujimori, desde el Japon. Ahora ya surgen evidencias de que nunca perdio la nacionalidad japonesa. Extraño ser, infancia a escondidas, avenida Grau, en el populoso distrito de La Victoria, y luego al Alfonso Ugarte, en San Isidro, a mí me parece que tampoco llega a ser japonés. La situacion es insolita. Pero tambien es interesante, riesgosa, todo sigue cambiando muy rapido. Es dificil predecir nada. En lo inmediato, la transicion se hara con Paniagua a la cabeza, supongo. ¿O sera con el Defensor del Pueblo?
Tal vez mañana se aclaren las cosas, supongo que a Marquez, el segundo vicepresidente, le darán mañana las gracias por los servicios prestados. ¿O su patada en el trasero?
Es el tiempo del retorno de los llamados partidos tradicionales, aquellos que apenas alcanzaron un 2% o un 4% en las varias elecciones de los años noventa, ahora capean el temporal. Los movimientos sin ideología clara, que alcanzaron masivos porcentajes, parecen desdibujarse. La masa de electores, que expresó su preferencia por los estilos rígidos, ahora vuelve los ojos a los mejores modales. Esa masa que antes se hartó de los estilos blandos y exigia fuerza, en su ilusion de identificarla con eficacia, ahora parece pasmarse ante las evidencias de corrupcion. El saqueo y los crimenes del gobierno saliente hacen parecer juego de niños el saqueo y crímenes de los gobiernos anteriores. ¿Hasta cuando?
Yo sé que sería más fácil para la esperanza echarle la culpa a los que ahora se van y proclamar que llego el tiempo nuevo. Pero ese estribillo me sabe a conocido, trato de encontrar que es lo que en verdad cambia y lo que en verdad permanece. Es difícil decirlo. Encuentro que el robo al país sigue y sigue, que pese a los desengaños la esperanza se renueva y se renueva. Cuánto quisiera que este segundo hecho se corresponda con la realidad. El ser humano, amigos, está en el centro. ¿Qué nos hacemos con este tan golpeado y tan humano pais? Trabajar, sí, cada día, en esa dirección. Eso es ser jóvenes. ¿U otear el horizonte y dar migajas a las palomas, como los viejos? Ni hablar. Carlos, extraño esos bares madrileños, ahora aquí todo me duele más. Debiera estar alegre, supongo, cayó la dictadura, como gritan los universitarios, pero trato de ver qué pasará ahora y no lo encuentro a la altura, qué va, ni de lejos, de mi programa mínimo. Salud, Carlines, Anita, levanto mi caña o mi pisco sour, los quiere su Juan

PD: El próximo martes volveremos a reunirnos, segunda sesion, los antiguos de la revista Monos y Monadas. Ya tiene fecha el relanzamiento: 16 de diciembre. Estoy afilando mi pluma (sigo con la muñeca derecha fregada, pero me la voy a amarrar para que siga en su sitio a la hora de poner en su sitio a los fregados de siempre. Es que no cambian).