Traslación de siete cuentos clásicos a un futuro indeterminado realizada por el propio Giménez con intención satírica. Se compone de 42 páginas repartidas en las siguientes historias: "Jack y las judías biónicas", "Alí Baba y los 40 banqueros", "Pulgarcito negro", "Aladino y Eugenio el de la lámpara", "La Bella Durmiente radiactiva", "Hansel y Gretel McDowell" y "El mando a distancia de yesca".

Primera publicación: 2000 en la revista francesa "Fluide Glacial"

Álbumes disponibles en:
Ediciones Glénat. c/Castillejos, 228. 1º, 2ª. 08013 Barcelona
e.mail: glenat@teleline.es

 

PRÓLOGO DE SALVADOR VÁZQUEZ DE PARGA

Hace pocos años apareció en las librerías de todo el mundo un pequeño volumen que había escrito James Finn Garner y que se titulaba, en español, Cuentos infantiles políticamente correctos. Se trataba entonces de adaptar algunos de los antiguos cuentos de hadas a las ideas oficialmente imperantes en los países llamados civilizados de nuestro tiempo. Era una narración, evidentemente irónica, que evitaba en su redacción cualquier alusión, por nimia que fuera, a la discriminación sexual, a la xenofobia, a la diferencia de clases y en general a cualquier problema aún no resuelto de los que afectan a los países progresistas, para que nadie pudiera sentirse ofendido por una simple contradicción cultural o ideológica.
No debe olvidarse que los cuentos de hadas clásicos son plasmación de leyendas populares de otros tiempos, recopiladas y modificadas después por escritores más modernos de acuerdo con los principios socioculturales de su época, y esos principios, aun tratándose de cuentos infantiles, no atendían demasiado al entretenimiento de los niños sino más bien a su educación por la vía del castigo y el terror.
Pues bien, Carlos Giménez también ha acercado al mundo actual algunos de esos cuentos clásicos, pero, al contrario que Garner, no se ha detenido en las palabras y en las conveniencias. Carlos se ha fijado sólo en los hechos reales..
¿Qué ocurriría si Pulgarcito, si Aladino o Alí Babá, si Hansel y Gretel o la Bella Durmiente hubieran vivido en el mundo de los países desarrollados de hoy? Todo el que conozca a Carlos Giménez puede adivinar la respuesta. Los cuentos de hadas se convierten en sus manos en prodigioso instrumento de una crítica mordaz que pone al descubierto vicios y corrupciones, con un resultado tan mágico y fantástico como el de los clásicos del género. Lo que ocurre ahora es que la magia y la fantasía no se muestran a través del puro milagro sobrenatural como era habitual, sino, al contrario, la magia, la fantasía, son corolario del normal devenir de los acontecimientos por la vía menos políticamente correcta pero más acorde con la realidad que vivimos.
El sarcasmo que sobrevuela abiertamente los cuentos de Carlos Giménez mantiene intacta la moraleja. El protagonista consigue su objetivo pero el camino que para ello le ofrece la sociedad de hoy es muy distinto del que le brindaban los mundos oscuros de los cuentos de hadas.
La conclusión es un pesimismo aplastante oculto tras los alegres dibujos de Carlos Giménez que con, su gracia habitual y un humor devastador, demuestra una vez más que cualquier material puede ser bueno para convertirse en sus manos en un cómic de altura.
Salvador Vázquez de Parga